jueves, 13 de marzo de 2014

¡ALÓ, SOY TU HIJO!


ring – ring – ring

- ¿Aló?

- ¡Hola! Dime si es cierto que eres mi padre.

- Ehhhh ¿eres tú, Jean-Pierre?

- Sí, soy Jean-Pierre. No le des vueltas al asunto y ve al grano.

- ¡Qué sorpresa, Jean-Pierre! Me alegro mucho, pero me agarras totalmente desprevenido.

- (silencio)

- Bueno ¿qué te puedo decir? Hasta donde yo sé, sí, soy tu papá. Pero por favor, podemos encontrarnos y conversar personalmente.

- (silencio)

- ¿Jean-Pierre?

- ¿Sí?

- ¿Te lo ha dicho tu mamá?

- Sí.

- ¿Cuándo?

- Hace tiempo que le preguntaba pero recién ayer me habló de ti.

- Esto no lo podemos hablar por teléfono, Jean-Pierre. Vamos a tomar algo y conversamos tranquilamente. ¿Cuándo tienes tiempo?

- ¿Esta misma tarde?

- Sí, claro. Te recojo en la esquina de tu casa dentro de media hora.

- Ok.
 

- - -
 

En el Café del Puerto.-

- A lo mejor no te lo demostré cuando hablamos por teléfono, Jean-Pierre. Fue todo tan sorpresivo, pero no sabes cuánto me alegra que hayas llamado. ¿Sabes una cosa? Te pareces cantidad a mi hermano Tito.

- ¿De verdad? ¿Tienes una foto suya?

- A ver, acá, en mi celular... ¡Mira! Parece que fueras más hijo suyo que mío.

- Hay un aire de familia, de hecho.

- ¿Sabes que yo también estaba esperando que cumplieras 18 años para ponerme en contacto contigo? Tu mamá bloqueó todos los intentos anteriores de conocerte.

- Me imagino. Tiene un carácter muy fuerte. ¿Tú eres menor que ella, no?

- Sí. Cuando tú naciste, yo tenía 21 años y ella 33. No duró mucho nuestra relación.

- Mi mamá me contó que estabas metido en drogas. Por eso se demoró tanto tiempo en dejar que te busque.

- ¿Eso te dijo? No es que sea un santo, Jean-Pierre, pero nunca estuve metido en drogas. Tal vez un porrito por ahí. Pero sí hay otra cosa importante que te quiero decir.

- No hace falta. Ya sé que andas con un tipo y te voy advirtiendo que no lo quiero conocer ni que me hables nunca de él.

- ¿Por qué tan radical, Jean-Pierre?

- ¡No insistas, Toni!

- Está bien, está bien, no insistiré. ¿Y tu otro papá ya sabe que sabes?

- Hace varios años que Thomas vive en California, desde que mi mamá y él se separaron. Nos escribimos correos de vez en cuando pero el contacto no es muy estrecho.

- Pero creciste a su lado, ¿no es cierto?

- Sí, desde que recuerdo siempre estuvo Thomas ahí con mi vieja.

- Bueno, por mi lado, me encantaría que nos veamos más para poder conocerte y que tú me conozcas a mí también.

- Sí, claro, despacio. Poco a poco.

- Mi hermano Tito tampoco vive lejos de aquí. Si quieres que te lo presente, lo haré  con mucho gusto.

- Poco a poco, Toni. No me agobies.

- Tranquilo, no te preocupes. ¿Te pido otra cerveza para celebrar?

- Por supuesto. ¡Salud!