sábado, 28 de febrero de 2015

¡DE SEGUNDO, AL PETISERO!

Mi etéreo amigo salteño firmó uno de sus últimos correos electrónicos con tres palabras: Javier el petisero. Me dejó pensando... el petisero... ¿no será que a estas alturas de su sabrosa cuarentena don Javier descubrió que le gustan los bajitos? No podía quedarme con la intriga y se lo pregunté a vuelta de ciberepístola: oye, Javi, ¿qué onda con los petisos?

Gracias a su pronta respuesta, aprendí que "petisos" son una raza de caballos y petiseros los respectivos muchachos que los cuidan en las estancias de la pampa argentina...y que la alusión estaba motivada por una telecomedia rioplatense donde Segundo, un distinguido cuarentón, jugador de polo y muy gay de clóset, vive un romance con su petisero Tony, muchacho de campo, tímido pero sincero y muuuy potro, tanto que hasta la cuñada de Segundo lo anda acosando todo el tiempo.

La historia es complicada porque el polista está casado con la temperamental Miranda y -al cabo de los primeros cien capítulos- a cada uno de los escasos besos cómplices de los enamorados siguen semanas de distanciamiento y complicación. Sin embargo, desde el primer capítulo está claro que Miranda volverá al lado del gran amor de su juventud y entonces Segundo quedará libre para Tony.

Eso digo yo, pero vamos a ver si los libretistas lo ven tan fácil como yo.