miércoles, 21 de septiembre de 2011

TEMA DE TARA

Cuando conocí a Tara en el pueblo de Chiajna, Rumanía, ella era muy joven y sin embargo ya había perdido dos de sus siete vidas. La primera, en manos de unos impresentables mozalbetes que no tuvieron mejor idea que cubrirla con pintura y – en un momento de milagrosa lucidez – arrojarla por encima del muro de Nana, quien afortunadamente se encontraba en el jardín y sin perder un segundo la recogió, la reanimó y le sacó con delicadeza toda la mugre pictórica de encima.

A las cuatro semanas de su irrupción en escena, la pequeña Tara ya estaba perfectamente ambientada a su nuevo hábitat y, gracias a su buen carácter y trato cariñoso con los que se le acercaban, conquistó el corazón de toda la familia de Nana. Fue entonces que Dragos (en rumano se pronuncia drágosh), hijo de Nana, salió una noche al jardín y cuál no sería su impresión al ver que el perro de sus vecinos, un energúmeno que vivía enjaulado y obviamente acababa de zafarse de sus cadenas, se había metido en su terreno y tenía a Tara en sus fauces. Dragos corrió hacia ellos, liberó a la felinilla que era un amasijo de barro y babas caninas, la examinó con cuidado y comprobó aliviado que Tara no había sido herida de gravedad. Acto seguido, la bañó con agua tibia y la cobijó hasta sentir que el palpitar desbocado de su engreída volvía a la normalidad.

A pesar de su rancio abolengo de felina y su mala experiencia con perros, Tara sigue dando señales de querer pertenecer más al género canis lupus que a su legítimo felis domésticus. Pasa todo el día en el jardín y apenas algún miembro de la familia de Nana sale de la casa, ahí se manifiesta ella saludando al visitante con la colita enhiesta, cabezazos en los tobillos y ronroneando a todo volumen, sin importarle si la persona en cuestión le hace caso o no. Y si alguien camina por la extensa huerta, puede estar seguro de que Tara le seguirá los pasos hasta los linderos del terreno.

Imposible definir el color del terciopelo de Tara, que va del pardo al rojo fuego pasando por el gris y negro. Su mirada revela las dos vidas que lleva perdidas y las ganas de disfrutar mucho de las cinco que le quedan con Nana y Dragos:

Suban el telón para que entre en escena Tara:

No hay comentarios.:

Publicar un comentario