sábado, 31 de enero de 2015

DESPROPÓSITOS 2015

Último día del primer mes del año... tonificantes tres grados centígrados, un par de horas de sol, luego aguanieve, oscuridad, pereza, sueño.

Pienso en el propósito no consumado de subir un artículo cada semana, como Jaime, como Silvia –hasta que me doy cuenta de que ella también ha bajado el ritmo de producción de un tiempo a esta parte. Modesto consuelo para un escritorzuelo. Llega el fin de mes y acá estoy, aporreando el teclado, cuando faltan tan solo dos horas para la medianoche.

Pienso en “mi gran novela”, esa saga familiar que abarca todo el siglo XX. Tengo una lista de personajes en borrador desde hace poco tiempo, ¿acaso unos veinte años? Pero en lo que va del año no ha pasado nada.

Pienso en el proyecto por el que estoy luchando desde setiembre pasado: una lectura escénica de Sarah, Fogo y Hielo en el Instituto Cervantes de mi ciudad. Conseguir la fecha fue un parto con fórceps: se tardaron tres meses en confirmarla. En cambio, colaborar con una actriz con las aptitudes y experiencia de Lenka, eso sí que ha sido un enriquecimiento. Faltan cinco días para el evento y estamos listos, casi listos.

Pienso en esos intrusos kilogramos de más, legado adiposo de unas fiestas navideñas y de año nuevo muy golosas y sabrosas. Muchas sopitas de verduras y kilómetros de caminatas después, llego a la conclusión de que los invasores se sienten tan a gusto en mi intercontinental humanidad que por qué no autorizar su residencia permanente.

Pienso en los avances que vi hace unos días de la segunda parte de BEST EXOTIC MARIGOLD HOTEL, deliciosa comedia británica sobre un grupo de jubilados que por diferentes motivos deciden mudarse a la India. ¿Qué más se podría esperar contando con un elenco encabezado por las geniales Maggie Smith y Judy Dench?

Pienso qué maravilla que ya terminó el primer semestre del año escolar. No es que no me sienta a gusto con la docencia, pero la verdad es que hay ciertos grupos (como los chicos de 13 a 14 años) que me sacan canas verdes y me pregunto si no habría maneras menos azarosas de pagar las cuentas del mes.

Pienso –curiosamente– en el viernes 3 de julio, último día de clases y antevíspera de mi ansiada visita anual a Colombia y luego Perú.

Se acerca la medianoche y no he subido aún el post... ¡Permiso!

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